Un sistema complejo no es solo la unión de las partes que lo componen. El sistema complejo presenta en sí mismo un comportamiento característico que no responde exclusívamente a las propiedades de cada una de sus partes. Es a lo que se denomina propiedad emergente (es el valor añadido, la sinergia que no existe en la suma de las partes, pero si en el todo).
Estudiar estos sistemas como redes o grafos, en los que hay nodos y conexiones, nos permite medir como se comportará al desaparecer alguno de sus nodos o conexiones, o como de próximos están unos nodos a otros, de modo que podamos intuir, como de rápido se propagaría cierta señal (información, enfermedad, etc...) en ella.
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